Las zonas de montaña del sur de Europa son altamente sensibles al cambio climático. En las zonas de media montaña mediterráneas, los recursos hídricos disponibles han disminuido progresivamente en las últimas décadas a causa del cambio climático. En concreto, las sequías más largas y severas, unidas a la mayor frecuencia e intensidad de las olas de calor, están aumentado la vulnerabilidad de estas zonas a los incendios forestales y al fenómeno de decaimiento. Además, el abandono progresivo de los usos tradicionales del territorio por la falta de relevo generacional está provocado una pérdida generalizada de los paisajes en mosaico, más resiliente a los extremos climáticos. En este contexto el proyecto LIFE MIDMACC, Mid-mountain adaptation to climate change, ha aplicado estrategias concretas de adaptación en 3 zonas estratégicas del sur de los Pirineos, norte de la península ibérica, a través de técnica innovadoras de gestión del paisaje.
El proyecto ha implementado diferentes estrategias de adaptación en el territorio pre pirenaico de las provincias de La Rioja, Aragón y Cataluña.
Para la recuperación de pastos, las pruebas piloto demostrativas se han llevado a cabo en dos zonas representativas de la media montaña mediterránea en La Rioja (San Román de Cameros y Ajamil de Cameros) y en Aragón (La Garcipollera).Las acciones implementadas han consistido en el desbroce mecánico de matorral en áreas representativas y la instalación de parcelas de seguimiento y control, con el objetivo de evaluar la recuperación de los pastos como medida de adaptación frente al cambio climático.En concreto, se ha evaluado el efecto de diferentes cargas ganaderas de ovino en la producción y la calidad de los pastos a través del análisis sobre la riqueza y composición de especies vegetales, y también de la calidad nutritiva, la productividad de biomasa y el valor pastoral.
El objetivo perseguido es encontrar la estrategia de gestión del ganado que maximice los efectos positivos en el ecosistema, al tiempo que se minimizan los impactos negativos.
Parcelas experimentales en La Garcipollera (Aragón)
A nivel de paisaje, esta estrategia de adaptación ha demostrado aportar mejoras sustanciales en el manteniendo del paisaje en mosaico de las zonas tratadas, con un aumento considerable de la diversidad de hábitats. Los análisis en contenido de humedad y los resultados de los modelos hidrológicos, demuestran mejoras sustanciales en la resiliencia al cambio climático a través de una mayor provisión de recursos hídricos, que a nivel de cuenca podrían alcanzar hasta +12% en caso de aplicarse al conjunto de la cuenca hidrográfica estudiada, además de reducir el riesgo de incendios.
A escala de parcela, los tratamientos empleados han demostrado mejorar considerablemente la calidad de los suelos a través de incrementos significativos en el contenido de carbono orgánico del suelo y de nitrógeno. También se han constatado incrementos de la escorrentía superficiales en los pastos sin aumentar en cambio la tasa de erosión (agua azul).
Por otro lado, los pastos tratados también han experimentado un aumento de la cobertura de especies herbáceas en comparación a las zonas contiguas sin carga ganadera.
Respecto a los análisis socioeconómicos vinculados a las estrategias MIDMACC de gestión de pastos, los análisis arrojan costes variables en las actividades de desbroce que pueden variar considerablemente dependiendo de las características del terreno y del matorral tratado.
Consulta el entregable MIDMACC nº 21 para más información.
De los resultados de este análisis subyacen las dificultades que los ganaderos tienen para hacer viables económicamente sus explotaciones debido al coste adicional que supone la implementación de los desbroces, cuya aplicación es por tanto estrechamente dependiente de las subvenciones europeas.
Consulta el entregable MIDMACC nº8 para más información.
Las pruebas piloto en gestión forestal se han implementado en zonas boscosas representativas de la media montaña mediterránea tales como un bosque de pino negro (Pinus nigra) y uno de chopo (Populus nigra) en la finca experimental La Garcipollera (Aragón) y un encinar (Quercus ilex) en la finca de Requesens (Cataluña). Las acciones de gestión forestal aplicadas se han basado principalmente en clareos selectivos y desbroce de matorrales para reducir la densidad de los árboles y promover estructuras maduras con árboles de mayor porte. De este modo se pretende reducir la continuidad de combustible y el riesgo de incendio, favorecer el desarrollo de pastos a partir de una mayor irradiación del suelo, al tiempo que se impulsa una mejora en la gestión ganadera, en este caso, de vacuno.
Parcelas experimentales en Requesens (Catalunya)
A nivel de paisaje, la aplicación de estas prácticas silvícolas adaptativas ha demostrado reducir considerablemente la vulnerabilidad de los bosques frente tanto al riesgo de incendios forestales como frente a las sequías. La mejora sustancial obtenida en cuanto al estado fisiológico de las masas forestales tratadas también tendría un efecto positivo sobre la resistencia a plagas forestales, reduciendo su incidencia y persistencia.
En este sentido, el conjunto de prácticas silvícolas aplicadas (clara y clareo de sotobosque e introducción de ganado vacuno bajo criterios regenerativos) han permitido mejorar el valor ecológico del bosque, aumentando su resiliencia frente a las perturbaciones.
A escala de parcela, el seguimiento de los parámetros eco-ambientales (humedad del suelo, infiltración, erosión, producción y calidad de los pastos, condiciones ambientales generales, crecimiento y estado fisiológico del bosque) en las distintas experiencias piloto forestales del proyecto han demostrado un aumento de la disponibilidad de agua en el suelo en las parcelas tratadas, especialmente notables en las parcelas con pastos.
Este aumento del contenido en agua ha sido también constatado en la vegetación, especialmente durante la época estival. La mejora del contenido hídrico de la vegetación supone una reducción de su inflamabilidad y en general una mejora sustancial del estado de salud de las masas forestales gestionadas, con un consecuente aumento de su resiliencia.
Del análisis socioeconómico de las prácticas silvícolas adaptativas aplicadas subyace un elemento a priori determinante, que es la necesidad de integrar la gestión pastoral en los bosques tratados para mantener la efectividad de las actuaciones a medio plazo.
En general, los costes de las prácticas silvícolas (principalmente clara y clareo) dependen directamente de las características del terreno y del matorral tratado. De nuevo, también en el sector forestal de media montaña mediterránea subyace la elevada dependencia de las subvenciones europeas para asegurar su gestión, además de la casi inexistencia de incentivos para la gestión de los bosques mediterráneos de media montaña. Además, en importante subrayar la importancia que tiene la existencia de arbolado en los pastos de media montaña mediterránea para que el ganado pueda resguardase de los rigores del verano y evitar el estrés fisiológico causado por las altas temperaturas. Sin embargo, las Política Agriara Común no recoge los pastos con arbolado como áreas susceptibles de recibir subvenciones del sector.
Consultar entregable MIDMACC nº 9 para más información
En el caso de los viñedos, la estrategia aplicada ha consistido en introducir prácticas agrícolas regenerativas tanto en viñedos de Catalunya (DO Empordá y Llívia) como de La Rioja (Tudelilla y Clavijo).
Las distintas prácticas de gestión agronómica testadas en viñedos (distintas cubiertas de suelo, en terraza o en pendiente, en espaldera o en vaso) con distintos tiempos de implantación (en viñedos en activo, de nueva implantación y de recuperación) han permitido esclarecer elementos clave de esta estrategia de adaptación al cambio climático en media montaña.
Parcelas experimentales en viñedos (Catalunya)
A escala de paisaje, la recuperación de bancales y la implantación de nuevo viñedos ha supuesto una mejora del paisaje en mosaico, aumentando la diversidad de hábitats y disminuyendo en consecuencia el riesgo de incendios forestales. Además de esta mejora de la resiliencia ecológica de las zonas intervenidas, a las que los viñedos confieren un alto valor natural, conviene mencionar el potencial que supone la obtención de un producto de alto valor añadido como la vid en estas zonas de media montaña.
A escala de parcela, la introducción de técnicas conservativas de gestión del suelo con cubiertas vegetales se relaciona con un aumento considerable en el contenido de materia orgánica del suelo y de micronutrientes directamente asimilables por las plantas. A su vez, esta técnica también confiere una mayor diversidad microbiana al sistema planta-suelo, derivando en un mejor intercambio de nutrientes, una mayor retención hídrica, menores niveles de erosión del suelo y en definitiva en un aumento de la productividad.
Por otro lado, las viñas adultas en terraza presentan mayores niveles de carbono orgánico y nitrógeno que en las plantaciones en pendiente, así como una menor pérdida de suelo por erosión hídrica.
Por último, cabe destacar que en las pruebas piloto de viñedos de nueva implantación mediante técnicas de gestión conservativa en zonas donde previamente había matorral o pastos, la diversidad microbiana parece mejorar sustancialmente.
Respecto al análisis socioeconómico, el primer elemento a destacar es el abaratamiento de costes que supone el empleo de técnicas de gestión conservativa del suelo con cubierta respecto al manejo convencional del mismo (sin cubierta vegetal).
Consulta el entregable MIDMACC nº 21 para más información.
Respecto a los dos sistemas estudiados (en espaldera y en vaso) estos no presentan diferencias económicas sustanciales. La altitud de las viñas en cambio sí conlleva un mayor gasto de implantación y mantenimiento.
No obstante, los sistemas cooperativos entre agricultores (mancomunar ciertos gastos y coordinar determinadas actividades) contribuyen considerablemente a reducir los gastos de gestión e implantación de los viñedos. En este sentido, la creación de una marca compartida de vinos de montaña o la creación de cooperativas de montaña se presentan como medidas eficaces para abaratar costes y aumentar ingresos.
Consulta el entregable MIDMAC nº 10 para más información.
El objetivo de esta acción ha sido escalar los resultados de las pruebas piloto a nivel de cuenca hidrográfica para así estimar el impacto positivo de aplicar estas actuaciones a una escala territorial más amplia.
En concreto, se analizaron los cambios de uso del suelo en 3 subcuencas. Teniendo en cuenta su evolución, se crearon escenarios futuros a partir de las experiencias piloto de gestión forestal y generación/mantenimiento de pastos. En una tercera etapa, se aplicó un modelo eco-hidrológio previamente calibrado (RHESSyS) para evaluar el efecto a nivel de cuenca de los escenarios combinados (climáticos y de usos del suelo) en la disponibilidad de agua y en la vegetación de cada una de las 3 cuencas simuladas.
Los resultados de las simulaciones demuestran mejoras significativas de entre +10 y +30% en la disponibilidad actual de recursos hídricos en las 3 cuencas estudiadas tras la gestión forestal y de pastos. La aplicación de los modelos de gestión MIDMACC a estas tres cuencas implicaría una mejora también a futuro de la disponibilidad hídrica de similar orden de magnitud, incluso considerando los escenarios climáticos más pesimistas.
Consulta el entregable MIDMACC nº 17 para más información.
De los resultados de las experiencias MIDMACC, subyacen conclusiones importantes respecto al rol de la ganadería y de la gestión forestal en zonas de montaña. El mantenimiento de estas actividades y su adecuación según criterios de adaptación al cambio climático es clave para el abastecimiento de servicios ecosistémico a la sociedad, como son recursos hídricos de calidad.
Por otro lado, el cambio climático implica adecuar las prácticas de gestión habituales para aumentar la resiliencia de los ecosistemas agrosilvopastoriles y mantener niveles adecuados de bienestar animal.
En este sentido, la presencia de pastos bajo arbolado en climas mediterráneos es clave para el bienestar animal durante los meses más cálidos, puesto que así encuentran zonas de sombra donde resguardarse.
El partenariado del proyecto está formado por: lo Centre de Investigación Ecológica y Aplicaciones Forestales (CREAF, socio líder), el Instituto Pirenaico de Ecología (IPE-CSIC), el Instituto de Investigación y Tecnología Agroalimentarias (IRTA), la Oficina Catalana del Canviàtic Climático (OCCC), la Universidad de Zaragoza (Unizar), la Universidad de La Rioja, y la Universitat Autònoma de Barcelona.
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