Andorra es un pequeño país con una población de 77.543 habitantes y una superficie de 468 km2 situada en el corazón de los Pirineos, con una altura media de 2.044m, el punto más bajo del principado está a 850m y el más alto a 2.942m, coincidiendo con uno de los picos del Parque Natural de los valles del Coma Pedrosa.
Aunque la contribución de Andorra a las emisiones de gases de efecto invernadero sea extremadamente pequeña, una acción climática fuerte, decidida y inmediata ha sido tomada frente a la amenazada de las efectos del cambio climático en los territorios de montaña, que son además particularmente vulnerables a este fenómeno. Muestra de su compromiso internacional, Andorra pertenece a la Convención Marco de los Naciones Unidas sobre el Cambio Climático desde 2011 y firmó el Acuerdo de Paris en 2016.
En el marco de las políticas sobre desarrollo sostenible de Andorra, su objetivo es generar un modelo de sociedad basado el crecimiento económico, la cohesión social y la protección del medio ambiente, tratando estas temáticas e manera integral como un solo desafío estratégico. Andorra aprobó en 2018 la ley 21/2018 del 13 de septiembre, de impulsión de la transición energética y del cambio climático.
Esta ley da una impulso a todas las acciones en el ámbito de la mitigación y adaptación al Cambio Climático, con la promoción de un nuevo modelo energético más sostenible, donde toda la sociedad tendrá un papel activo en el sistema, e integrando la adaptación al Cambio Climático en todas las políticas públicas.
Así mismo, el 23 de Enero de 2020, le Consejo General aprobó la declaración de estado de emergencia climática y ecológica, elaborada con la participación activa de los jóvenes, y que encomienda al gobierno a que impulse la transición la hacía una neutralidad de carbono, en cumplimiento con del Objetivo de desarrollo sostenible de acción para el clima(núm. 13) y la adopción de medidas urgentes en este tema.
Durante el año de 2020, Andorra actualizó las contribuciones determinadas a nivel nacional (NDC) en el marco del Acuerdo de Paris. Este documento demuestra el compromiso de convertirse en un territorio neutral en carbono en 2050, así com para seguir trabajando en mejorar la resiliencia del territorio, reevaluando e incorporando nuevas medidas de adaptación fuese necesario, en línea con la hoja de ruta que establece la futura estrategia energética nacional y de lucha contra el cambio climático.
Respecto a las medidas de adaptación, en 2014 se llevó a cabo un procedimiento participativo sobre la adaptación de Andorra al Cambio Climático (PAACC) con el objetivo de identificar los posibles impactos del Cambio Climático sobre los sectores socioeconómicos y medio ambientales del país, para así identificar aquellos más vulnerables e identificar las medidas de adaptación para reducir esta vulnerabilidad y hacer frente a dichos impactos.
Durante el PAACC se identificaron los principales impactos producidos para el cambio climático en el Principado a partir de precedentes trabajos científicos, como los elaborados en el marco del proyecto de cooperación del Observatorio Pirenaico del Cambio Climático. En total se identificaron 43 medidas de adaptación, que se encuentran actualmente en proceso de revisión y la Estrategia energética nacional y de lucha contra el cambio climático prevee la incorporación de nuevas medidas si fuese necesario, con la debida consideración los servicios ecosistémicos y priorizando soluciones basadas en la naturaleza para aumentar la resilienca del territorio, especialmente en lo relativo a las temáticas prioritarias identificadas en la ley 21/2018, del 13 de septiembre, de impulso de la transición energética y del cambio climático, que son la salud, la agricultura, la energía y el turismo.
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