El 24 de de febrero de 2021 la Comisión europea lanzó su nueva Estrategia de Adaptación al cambio climático (EAS, por sus siglas en inglés). Esta estrategia deberá contribuir a que  la Unión Europea no solo sea climáticamente neutra, sino también más resiliente a los efectos negativos del cambio climático de aquí a 2050. Así exponía Frans Timmermans, Vicepresidente Ejecutivo de la Comisión Europea para el Pacto Verde Europeo, el objetivo de la este nuevo documento, que viene a complementar la primera estrategia publicada en 2013 tras una dilatada fase de revisión y consulta.

Para minimizar los efectos del cambio climático, la resolución del Parlamento exige un enfoque renovado con respecto a la adaptación. En su declaración, Timmermans subrayó la importancia de potenciar la recopilación e intercambio de datos sobre cambio climático en Europa como elemento clave de una adaptación más inteligente:

 Con una modelización más precisa de los riesgos futuros, los agricultores podrán planificar mejor los cultivos que plantan, las familias que compren una vivienda sabrán a qué riesgos climáticos pueden enfrentarse, las empresas sabrán cómo hacer que las nuevas instalaciones de producción sean adecuadas para un planeta más cálido, y las ciudades sabrán cómo proteger a sus habitantes de los fenómenos meteorológicos extremos".

Otro de los elementos subrayados durante el acto fue la necesidad de un nuevo enfoque más sistémico, para lo que resulta imprescindible trabajar en las interacciones entre sectores y aumentar el apoyo y las sinergias entre los distintos niveles de gobernanza, con especial atención al nivel local. En este sentido, en la nueva estrategia también cobra especial relevancia la necesidad de proporcionar asesoramiento a medida a  las comunidades más vulnerables, de modo que puedan disponer de los conocimientos técnicos suficientes para planificar y los recursos necesarios para actuar.

También se citó como elemento clave el uso de enfoques basados en la naturaleza en las medidas de protección y restauración de los humedales, en el desarrollo de espacios verdes urbanos o en la restauración de las turberas. Este tipo de medidas  favorecen una adaptación efectiva de los sistemas más vulnerables al mismo tiempo que protegen la biodiversidad y mantienen la multifuncionalidad de los ecosistemas.

Otro punto en el que el nuevo texto pone especial énfasis es la necesidad de pasar de la planificación a la ejecución de una manera eficaz. En ese sentido, la Estrategia contempla acciones dirigidas a trabajar con el Banco Europeo de Inversiones para impulsar la financiación de proyectos y medidas concretas de adaptación.

Objetivos cuantificables al servicio de la sociedad

La nueva estrategia pretende incluir objetivos vinculantes y cuantificables, tanto a nivel de la UE como de los estados miembros. Así, se garantizará que los países de la UE avanzan en el cumplimiento de los objetivos del Acuerdo de París.

Reafirmando la visión que ha caracterizado al OPCC desde su nacimiento, la estrategia hace especial énfasis  en potenciar estrategias de adaptación  nivel internacional, ya que los impactos del cambio climático no conocen límites administrativos y la manera más efectiva de lidiar con ellos es cooperando a través de acciones conjuntas.

Timmermans sostiene que las medidas de adaptación deben basarse en datos sólidos y herramientas de evaluación de riesgos que estén a disposición de todos. Para lograrlo, la estrategia propone medidas dirigidas a disolver las fronteras del conocimiento, con el objetivo disponer de más y mejores datos sobre los riesgos y las pérdidas relacionados con el clima.

La Plataforma Europea de Adaptación al Clima (Climate-ADAPT) se mejorará y ampliará, y se le añadirá un observatorio sanitario específico para mejorar el seguimiento, el análisis y la prevención de los efectos del cambio climático en la salud.

Un momento clave para Europa y para el OPCC

Esta estrategia se ha publicado en un momento clave, de obligada reflexión a causa de la crisis sanitaria internacional en la que el modelo socioeconómico actual se ve cuestionado. En este sentido, la EAS se perfila como un instrumento europeo clave hacia la necesaria transición ecológica.  

El OPCC, por su parte, también trabaja actualmente en un proceso de reflexión estratégica para el que esta Estrategia Europea llega en el momento justo: durante los próximos dos años, este documento será una piedra angular en el proceso de desarrollo de la Estrategia Pirenaica del Cambio Climático.